jueves, 17 de septiembre de 2009

ASHTÁNGA SÁDHANA


¡Ven! Embárcate y usufrúe al máximo de todo lo bueno que la principal herramienta del Método DeRose puede traer a tu existencia.

Encuentra el mejor lugar para desarrollar tu práctica. Crea disponibilidad interior para esa vivencia y sintoniza. Siente brotar de tus manos, a través del gesto reflexológico que ejecutas, el acogimiento de esa filosofía milenaria. Permítete recibir, por cada poro de tu cuerpo, calidad de vida y bienestar.


Ahora, expande esa vitalidad y esas ganas, transmitiéndolas al lugar que te acoge, al grupo con el que compartes esta experiencia, al instructor/a que imparte la práctica y a todos los Maestros y discípulos que permitieron que las enseñanzas de esta cultura ancestral haya llegado hasta ti. Siéntete grato por las personas que tienes junto a ti y por la vivencia que experimentas. Sé grato y alegre por la Vida en si.


Exterioriza esa alegría por medio de la vocalización de sonidos y ultrasonidos, que desobstruirán los meridianos por donde circula la energía vital en tu organismo. Interiorízate con la vocalización del sonido universal más poderoso: ÔM.

Ahora, siente el oxígeno fluir por tus narinas. Estabiliza tu respiración con un ritmo coordinado, transformándola en una danza fluida que recorre por cada célula de tu ser, bajo la forma de estrellas de energía que potencian la vitalidad de cada partícula que forma parte de ti. Observa, a esta altura, las sutiles alteraciones en tu frecuencia cardíaca y en tus estados de consciencia.


Ejecuta con la debida consciencia la purificación de las mucosas, percibiendo como es posible sentir, de adentro hacia afuera, el trabajo de limpieza que se procesa en ti. ¿Qué tal? ¿Te sientes bien? Pues esto es sólo el comienzo.

Trabaja ahora tus cuerpos físico, mental y emocional a través de la técnica orgánica. Siente los vórtices de energía que se interconectan por medio de líneas de fuerza que existen en tu cuerpo., mentalizando que cada músculo, arteria y tendón son tus cómplices en los objetivos que tu cuerpo se propone conseguir. Después de tomar consciencia de la satisfacción proporcionada por cada conquista, supérate dando lo mejor (no sólo en tu sádhana, también y principalmente en la vida).

¡Maravilloso! Ahora, descontráete y deja que el cuerpo asimile hasta la intimidad de sus células, todo aquello que después de ser filtrado pretendes guardar en ti.

Finalmente, aquieta tu mente, estabiliza tu consciencia y siente como se abre tu flor de loto. Una flor cuyos pétalos expanden autosuficiencia, salud, bienestar, confort y satisfacción. Abre los ojos, sonríe a la vida y lanza sus pétalos en dirección al Sol.

¡Buen viaje! ¡SwáSthya!

Cláudia Dutra – Sádhaka da Unidade Savassi – Belo Horizonte